Según explica el comisario, para la exposición seis artistas 'do contexto galego' realizaron proyectos que no podrían haber hecho sin ayuda institucional. Como se trata de celebrar quince años de CGAC no está mal pensada la idea, plantearse para qué sirve un Centro de Arte Contemporáneo, aunque el resultado acabe siendo una enmienda a la totalidad.
Pero vamos con el primero, David Ferrando Giraut (más información de él aquí), que presenta ROAD MOVIE - Perpetuum mobile
1. Qué vi: a los lados dos vitrinas con tres vinilos-LP en cada una: a mí sólo me sonaba Saint Etienne, grupo electrónico de moda hace unos años. En el centro, una proyección de DVD en una gran pantalla (y la imagen estaba muy pixelada): un plano de una cámara que gira 360 grados en un paisaje verde: se ve humo (¿o niebla?), un coche de lado. Pasa un rato y la cámara alcanza a un tío que está de pie y sangrando ¿un zombie, un muerto viviente, la Santa Compaña?
2. Qué me pareció: poca cosa. Me cabreó el título de 'Perpetuum mobile': si pones un vídeo en bucle de un plano en el que la cámara gira 360 grados, no puedes luego poner ese título. No me dijo mucho, la verdad, la propuesta de Ferrando.
3. Que decía el folleto:
4. Y qué digo yo ahora: Que no había pillado la relación entre los discos y la proyección (la mala costumbre de no leer las explicaciones de los artistas antes), que me sigue dejando frío, que el muerto viviente queda ridículo.A partir dunha investigación en tendas de discos de segunda man [joé, investiga en tiendas; no es nada de que se le ocurriera; el tío investiga en tiendas de discos], David Ferrando (Negreira, 1978) atopa [palabra fetiche, ya lo dije] un tema recorrente: as decadentes imaxes de portadas que mostran ruínas de edificios e coches accidentados. A obsolescencia [cómo les gusta esta palabra a los de arte contemporáneo] do soporte vinilo convértese nunha pauta narrativa para unha alegoría [me parece que alegoría, alegoría, poca, pero es otra palabra con caché] cinematográfica: volvendo ao seu habitual imaxinario de serie B e coa colaboración de Adivina Producciones, realiza unha filmación continua (nun plano secuencia de 360 graos) dun accidente nunha paisaxe natural de Negreira [eh, elemento biográfico], cunha banda sonora orixinal realizada por Nigel Yang. Un accidente é, por lóxica, algo instantáneo; aquí, o tempo vén de se deter nun continuo melancólico [¡continuo melancólico!] que concita [¡concita!] unha poética romántica coa dimensión artificiosa do cinematográfico. Unha imaxe construída en movemento que, unha e outra vez, volve sobre si mesma nunha ladaíña continua sobre a ruína da representación.
No te emperres con "atopar" y "decatarse", que son palabras de las de siempre, no de las de la Nueva Era...
ResponderEliminarUn romanista de altura como el Prof. Moreno Bernal, al que tuve en Introducción a Filología Románica, nos comentó su experiencia en un tribunal de tesis en Galicia: una chica insistía en la palabra *titor frente a "tutor" porque, al parecer, habían entontrado un texto donde la palabra aparecía como una 'i' sin punto, frente a 200 millones con 'u', como si se le hubiese olvidado el rabillo de la 'u'. Motivo suficiente para normalizarla. Pfff. En fin. Oye, que he visto que Luis de Pablo, un compositor bilbaíno muy importante, tiene una pieza para violín y violoncello titulada "Compostela" (1989). Un abrazo.
ResponderEliminarLo mismito que Antón pensé mientras lo leía, atoparse y decatarse las dice mi abuela, luego valen. No son neotvg.
ResponderEliminarDespués de la tienda de abajo de discos de segunda mano, debe ser tremendo ir a investigar al Carrefour, tan grande y con tantas cosas. XD
De esto entiendo poco y nada y ya has hablado antes pero eso de que el artista tenga que explicar lo que quiso hacer es deprimente.
ResponderEliminar"Obsolescencia" es una palabra estilosa desde que la pusieron de moda Guerra y Felipe González. Sólo que ellos utilizaban el adjetivo y lo decían en andalú: "Osolesente". Según dijeras "osolesente" u "obsoleto", eras intelestual y moderno, o facha y cateto.
ResponderEliminarYo creo que esa Wortsalat no es del artista, que ellos hacen lo que se les ocurre y luego llegan los gestores-comisarios-gurús- culturales de turno a vestir el santo y a convencerles y convencernos de que son geniales. Aunque, sea de quien sea, como dice Juan Ignacio, cuando hay tanto que explicar (y que inventar), malo.
De todos modos, mira como la verdad, delgadita y desnudita, acaba saliendo en forma de lapsus:
mira como dice "a ruína da representación" y no "a representación da ruína". Si es que ni ellos se lo creen.
Bueno, yo no he usado ni criticado nunca 'decatarse'; a mí lo que no me gusta es 'atoparse', no porque tenga más o menos pedigree, sino porque se abusa de ella, especialmente los que hablan castellano y traducen al gallego.
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