Avisado por cb, grabo Juego de Espejos, un programa en Radio Clásica de Luis Suñén, en el que hoy (13.01.2008) participa Andrés Trapiello, que selecciona la música y la comenta. Génesis Candela (sic) en el control de sonido.
-La muerte de Aase(?), de Peer Gynt de Grieg. Su tío cura: poetas modernistas. La música, incluso cuando es triste, es consoladora.
-Terceto de los tres niños, La flauta mágica de Mozart. Desafinan los niños pero no importa: lo compruebo.
-Lasciatemi morire, Lamento de Arianna, de Monteverdi. Sublimidad natural de Monteverdi, lo más cercano en música a Cervantes.
-La tiranilla española, de Ludwig van Beethoven. De un disco que le regalaron los Pre-textos. Por mal que me vaya la vida, no levantaré un falso testimonio contra ella, de Nietzsche. La aurora, nombre de los anarquistas (?).
-Andante del Concierto para piano y orquesta nº 22 de Mozart. Leopardi: el misterio de las grandes obras es que expresan un dolor muy grande, pero consuelan. Eso es lo que hace Mozart. Mozart es como un vaso de agua: todo en él está a la vista. Con Mozart todos nos sentimos un poco mejores de lo que somos.
-Adagio del Cuarteto en Fa mayor, Opus 59, nº 1 de Beethoven. Lado íntimo de Beethoven. Mejor la música de cámara.
-Soave sia il vento, de Così fan tutte, de Mozart. Se lo recomendó José Muñoz. Todo lo sabemos entre todos. Sus consejeros musicales: José Muñoz, 'Manolo Pretextos', Miriam.
-Comienzo del Adagio del Quinteto en Do mayor, de Franz Schubert. La CUMBRE.
-Herbst, Opus 30 nº 1 de Lachner. Trapiello la traía pensando que era de Schubert. Aprovecha para hablar del mito de la originalidad. [aquí se acabó la cinta: varios minutos sin grabar]
-Melisendra, del Retablo de Maese Pedro, de Manuel de Falla. Continuidad de las obras de creación: He venido a hablar de mi libro (Al morir don Quijote).
-Preludio de las tres piezas al estilo de Weiss(?) de Manuel Ponce, interpretado por Gabriel García Santos, el que le escribió con erratas corregidas. Lo cuenta en El fanal hialino.
-Bachiana(?) brasileira nº 5 de Heitor Villalobos. Victoria de los Ángeles: la encarnación de la música, según Ramón Gaya. Casi su canción, la de Miriam y suya, cuando se conocieron. Los libros que cambian nuestra vida valen todos cien pesetas.
-Otra canción de Victoria de los Ángeles. Aquí se oía mal la cinta. Final
Me acorde de tí cuando oí el programa.Y de toda aquella historia de cuando escribio al foro y algunos decian que no era él.Me alegra que hayas dejado constancia de su presencia en dicho programa donde hace algunos años también estuvo su colega Marías,seria curioso comparar lo que pusieron unos y otro.Tambien recuerdo aquel cruce de artículos sobre Mozart y no poner sus sucias manos y todo aquello.Parece ser que T. es seguidor de programa por lo que dijo al principio de que estaba deseando estar.Para aquellos que no lo oyeran decir que lo repiten el miercoles a las 6 de la mañana.
ResponderEliminarEn fin que no se donde leí que en febrero aparecera La Manía.
Josea.
Agarré mi libreta y pretendí hacer lo mismo, pero ni de lejos, sólo cuatro notas chapuzas entre ¿mamááádóndestááá...?-teléfono- ¿mamááaquépasaconlaceeeena?-más teléfono y así. Así que muchas gracias. De todos modos, igual sirven para rellenar alguno de esos fallos de la cinta:
ResponderEliminarSobre el adagio del Quinteto de Schubert (maravilloso) comentó que es de ese tipo de músicas que suprimen el tiempo (eso me pareció interesante, todos tenemos experiencia de esos momentos raros en los que el tiempo se detiene), que hay pocas músicas así, que te aíslen de todo y te permitan ir un poco más allá de ti mismo.
A propósito de Melisendra (que repitió en plan de guasa la frase de Umbral, pero sí que se notó un poco traída la pieza por los pelos, o eso me pareció), dijo que las obras de creación no se terminan nunca, se prolongan y reaparecen en las distintas artes. Añadió que el Quijote es un gran poema aunque esté escrito en prosa.
También anoté lo de que un amigo suyo decía que los libros que cambian nuestra vida valen 100 pesetas y los venden en los quioscos. Y que con la música pasa lo mismo, como diciendo que no hay que rebuscar demasiado, que lo maravilloso está al alcance de cualquiera.
La última canción de Victoria de los Angeles fue "confiado jilguerillo" de Literes, y decía algo así como "Dichoso quien ama- las ansias de amor-si de rama en rama-si de flor en flor-... va saltando-muriendo y cantando-Dichoso quien ama-las ansias de amor".
"Confiado jilguerillo", arieta de ACIS Y GALATEA (zarzuela barroca de Antonio Literes con Libreto de José de Cañizares, estrenada en 1708):
ResponderEliminarConfiado jilguerillo,
mira cómo, importuna,
de tu estado primero
te derribó el amor y la fortuna;
y el bien que tan ufano presumiste
aún no le hallaste cuando le perdiste.
Si de rama en rama
si de flor en flor,
ibas saltando, bullendo y cantando
- dichoso quien ama
las ansias de amor -
advierte que aprisa
es llanto la risa
y el gusto es dolor. ¡Ay!
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¡Ay, qué cadena te labra tu ardor!
y en tus mismos ayes
le vas añadiendo eslabón a eslabón.