El color caramelo del aire en la tarde de Compostela. Niños jugando. Dos árboles casi sin hojas. Otros muy verdes. Hortensias. En primer plano una casa con patio y volúmenes de Aldo Rossi (pero con paredes grises, un poco rotas, trabajadas por el tiempo). Cuando yo estudiaba en Valladolid, los de arquitectura con los que vivía tenían todo tipo de cosas de Aldo Rossi (o quizá eran sus profesores).
También quería ver lo de Mauro Trastoy otra vez. Vuelvo a buscar en Google, por si hay más fotos y veo en Galicia hoxe que ¡es de Vilalba! Y me llevo una alegría, fijaos qué idiota soy, yo que abomino de los pueblerinismos, pero me alegro de que sea de Vilalba. Luego veo en El país que dicen que es de Ferrol. Perplejidad.
Volví a la exposición: en el radiocassette encendido estaban transmitiendo El larguero (Cadena SER, ejem). Me fijé en que la sala está prácticamente llena de puntos, también en el techo. La figura que pintaba los puntos aparece sobre periódicos ('reales') puestos en el suelo: ayer me fijé en que eran de El Correo Gallego, algo que puede ser intrascendente (o no). Encima de los periódicos, dos colillas.
Volví a la exposición: en el radiocassette encendido estaban transmitiendo El larguero (Cadena SER, ejem). Me fijé en que la sala está prácticamente llena de puntos, también en el techo. La figura que pintaba los puntos aparece sobre periódicos ('reales') puestos en el suelo: ayer me fijé en que eran de El Correo Gallego, algo que puede ser intrascendente (o no). Encima de los periódicos, dos colillas.
En esta foto tan pixelada los puntos parecen líneas: dejo el descubrimiento gratis a los profesores de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra, para que hagan varios artículos sobre la cuestión en revistas especializadas.
Item más; no había pins: eso es lo primero que se gasta. El texto que tienen puesto a la entrada volvió a gustarme: la mención del 'ego seborreico', el qué hacer con una sala vacía y la angustia de llenarla con algo, por ejemplo con puntos, que acaban siendo como clavos.
Para otro día la antológica de Quintana Martelo, muy buena.
Item más; no había pins: eso es lo primero que se gasta. El texto que tienen puesto a la entrada volvió a gustarme: la mención del 'ego seborreico', el qué hacer con una sala vacía y la angustia de llenarla con algo, por ejemplo con puntos, que acaban siendo como clavos.
Para otro día la antológica de Quintana Martelo, muy buena.
Agus, quería hacerte una pregunta. Hace unos años leí en un suplemento que habían traducido al castellano el libro con el que los escolares alemanes de finales del xix y principios del xx aprendían la historia de los mitos griegos. Por más que lo intento no logro dar con el título ni con el autor ni con la editorial. ¿Te suena algo de esto? ¿Sabes qué autor es y qué editorial lo ha publicado? Gracias y un saludo, Jacobo
ResponderEliminarno quería decir agus, sino arp. Perdón, Jacobo
ResponderEliminaro obxectivo é a confusión
ResponderEliminarJacobo, así sin más no se me ocurre; supongo que serían varios libros, pero no lo sé. Ya miraré a ver si lo encuentro. Angel
ResponderEliminarHe venido así como diez veces a leerlo. No sé qué tiene. O quizá es que lo tiene todo, hasta dulzura:
ResponderEliminar"El color caramelo del aire
en la tarde de Compostela.
Niños jugando.
Dos árboles casi sin hojas.
Otros muy verdes.
Hortensias."
Otra cosa. El larguero, el Correo Gallego, y dos colillas: ¿rubio, negro, de qué marca? Puede ser intrascendente, o no.
Salí a ver si el aire tenía color caramelo (y a tomar algo también) y ya he vuelto. Pensaba por qué me resutaba tan triste la estampa, siendo tan bonita. Si sería la tarde compostelana, o los dos árboles casi sin hojas junto a los otros muy verdes, o el azul de las hortensias... pero creo que no, que la tristeza viene del punto de vista, del saledoiro ese: de "lo que se ve subido allí". Como las "risas a lo lejos" del poema de D'Ors, o como el picado del otro día en el final de la película de Rossellini (cuando se ve desde arriba, como si fuera desde los ojos de la Virgen, el gentío que la arrastra y los separa).
ResponderEliminarLos picados, y más si son en octubre, son tristes. De todos modos deberían incorporarlo al trayecto de la exposición, así como "un lejos" contemporáneo, ganaría mucho.
Cb, gracias.
ResponderEliminar¡A mí también me impresionó mucho el picado de la película de Rossellini! Incluso parece que se ve la sombra del cámara.
Una de las maravillas de Santiago es el color del aire: como que tiene cuerpo, salvo los días de nubes 'farrapentas'; lo que pasa es que vamos de caída y en el verde de los árboles (un amigo me dijo que son cipreses, los de la segunda foto, que hicimos al día siguiente) se ve el amarillo de los otros árboles que están perdiendo las hojas.
Tabaco rubio; no me atreví a mirar la marca, no fueran a echarme el alto; pero no había hebras, así que las colillas estaban puestas con pretensión de realismo ma non troppo (o quizá es que no han leído novelas policiacas, estos artistas modernos, que son así). El Correo Gallego es el arraigo en la tierra; el tabaco rubio es lo que fuman los currantes, así que el artista se representa a sí mismo como artesano.
Qué bonito lo de las risas a los lejos: a lo lejos había niños jugando.
Quizá lea esto alguien de la exposición, no sé.
Fumo Ducados, Chester, de liar o lo que toque. Para esta expo tiré de Wiston. Pero me barrieron la sala 2 veces (y eso que estaban bastante avisados). Cogí colillas de la calle (fumo mucho, pero tampoco era cuestion de darse el atracón.
ResponderEliminarY si, la Cadena Ser. Inauguré con Radio Lider, luego estuvo Radio Obradoiro, y esta semana hay música clásica. Un día de estos pondré la COPE.
El periódico es el Correo, el que había por allí. Y de lo que había seleccioné algunas noticias (se habla de Galicia, del corte de una femoral, y cuatro cosas más). Nada trascendente.
Saludos.
El artista.
Artista, no vale dejarme en ridículo de esa manera: yo pontificando aquí y luego vienes tú explicando las cosas como fueron.
ResponderEliminarSiempre podría contraatacar con lo de la multiplicidad de interpretaciones, o con que yo aporto mi visión a una obra y que vale más que la visión del propio artista, pero al final soy de la vieja escuela y prefiero que el artista me cuente lo que pretendía, así que gracias.
Muchas gracias al artista por su atenta explicación.
ResponderEliminarEs genial lo de que le barran las colillas. Interactua muy bien con la exposición y aporta un toque de realismo (limpio) muy interesante. Yo propondría también, con permiso del artista, la incorporación del barredor/a al montaje, en acto flagrante, con esa escoba-intrusión siempre en el aire. Como la vida misma.
De nada, CB.
ResponderEliminarEn cuanto a lo del barredor que sepa usted que se valoró el ponerlo, y con el una escoba e incluso un par de quintos de cerveza (Estrella, por supuesto).
Pero reconozca que sería ya un exceso entre tanto exceso que ya de por sí hay.
(Bastante condiciona el tener que colocar obligatoriamente el extintor rojo).
Y ante el comentario de Arp decirle que para nada una intención de ponerle a usted en ridículo. Su opinión es tan válida o más como cualquier otra, incluida como no la del artista.
Afectuosamente.
El Artista.
Artista, mi comentario era positivo y agradecido (y de buen humor); de todos modos sigo pensando que el artista tiene más palabra que los demás en su obra, por mucho que digan.
ResponderEliminarGracias Arp por tus comentarios.
ResponderEliminarQue haya gente como tu que vaya a ver la expo, con lo poco conocida que es la sala, ya me alegra.
Y que vayan incluso dos veces ya es de nota.
Gracias y hasta la próxima.
El Artista