sábado, 9 de junio de 2007

Madre del pródigo

Ayer escribí sobre las mujeres porque había oído en Misa la lectura del libro de Tobías (capítulo 11), que me parece un trasfondo muy claro de la parábola del hijo pródigo, aunque aquí tenemos a la madre -en lugar del padre, pero que es ciego- que espera la llegada del hijo -que no es pródigo-, pero la actitud es la misma. Podría hacer un desarrollo de esto, pero seguro que ya existe y posiblemente yo lo escriba aquí porque lo leí antes en algún sitio. Si no, se lo brindo a quien quiera: los temas que puede desarrollar aquí son la paternidad de Dios como maternidad; Ana, madre de Tobías, como tipo de María; el amor de Dios que está esperando siempre al hombre.
Ana iba a sentarse todos los días en la cima de un otero, junto al camino, desde donde dominaba el paisaje. Un buen día, mientras estaba allí, mirando a ver si venía su hijo, lo divisó a lo lejos y lo reconoció al instante. Echó a correr y le dijo a su marido:
- Oye, tu hijo está llegando.

Del libro de Tobías hay varias versiones. En una de ellas detalla más lo que hace el perro que llevaban Tobías hijo y el ángel Rafael:
Entonces el perro que llevaban durante el viaje salió corriendo delante de ellos y, como si fuera un mensajero llegado a su destino, exteriorizaba su alegría haciendo carantoñas con el rabo.


Me hace mucha ilusión que aparezca el perro (aparece dos veces en el libro de Tobías). Me recuerda a Chema, el perro de mi tía Charo.

Buscando una imagen (hay unas cuantas y en todas aparece el perro, por ejemplo en Tiziano o Rembrandt, pero las que vi en internet eran malas), he encontrado el icono moderno que he puesto arriba.
Y de rebote me encuentro con este texto sobre el perro de Tobías, espectacularmente bueno. Recoge textos ingleses modernos sobre el perro, la mayoría negativos, porque no aceptaban el libro de Tobías en el canon de la Biblia y quizá les pareciera un poco frívola su presencia.
En ese mismo post hay enlaces a varias imágenes, por ejemplo esta en la que el perro está con la madre, como debe ser:



O esta de Rembrandt de Tobías padre, ciego con el perro:
Luego en los comentarios a ese post, un holandés cuenta que hay estudios que hablan de una influencia de la Odisea en la presencia de este perro, lo cual me llena de alegría, claro.
Remite a estos trabajos:
Carl Fries, ‘Das Buch Tobit und die Telemachie’, Zeitschrift für Wissenschaftliche Theologie 53 (1911) 54-87
Dennis R. MacDonald, ‘Tobit and the Odyssey’, en: Dennis R. MacDonald (ed.), Mimesis and Intertextuality in Antiquity and Christianity (Harrisburg, PA: Trinity Press International, 2001) 11-40
George W.E. Nickelsburg, ‘Tobit, Genesis, and the Odyssey: A Complex Web of Intertextuality’,
id., 41-55.
Lo cual demuestra que entre todos lo sabemos todo.

6 comentarios:

  1. Tes un espazo precioso, de verdade.

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  2. Resulta llamativo que en los Evangelios no aparezcan animales (salvo el célebre pollino, claro). Menciona a los perros y a los cerdos como algo inmundo.

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  3. Joaquín, de hecho algunos explican que en el libro de Tobías hay influencias griegas o persas por detalles como ese del perro.

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  4. A propósito de cómo Dios nos ama como un padre y una madre, Henri J. Nouwen, en su libro de reflexiones sobre "El regreso del hijo pródigo" de Rembrandt, esa impresionante pintura en la que el abrazo con el que se acoge al hijo parece iluminado por la luz que desprende el rostro del padre -al que curiosamente se le representa como si estuviera ciego-, observa cómo Rembrandt refleja esa característica del amor de Dios: Las dos manos que se apoyan sobre los hombros del hijo son diferentes: la mano derecha es femenina, muestra ternura y suavidad, parece acariciar; la mano izquierda es masculina y transmite fuerza, es una mano que perdona y ofrece protección.

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  5. Pues si me permitís el comentario, la maternidad de Dios es muy útil según en qué ambientes. No siempre las personas han tenido en casa un padre, buen padre, que sea reflejo de Dios Padre. Y sin embargo es muy difícil encontrar en esos hogares concretos, que a madre fuera también "mala" (por entendernos, perdón por el lenguaje). Así que a veces hablar del buen Dios, como Dios madre es muy ilustrativo.

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  6. Ningún transfondo de la parábola del Hijo Pródigo, todo lo contrario. La parábola del Hijo Pródigo es como la antítesis de la propuesta de Tobías. Mientras leía el libro de Tobías, me vino a la mente constantemente esa parábola de Jesús, pero para encontrar entre las dos como una contraposición absoluta, dos formas de pensar y de argumentar totalmente opuestas, como si San Pablo opusiera su enseñanza sobre la gracia a sus adversarios judaizantes. Claro que son dos momentos de la compsoción de la Sagrada Escritura que no se confrontan en rivalidad, sino que presentan las cuestiones y sus repuestas desde diversas perspectivas y desde su momento propio en la revelación.

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