martes, 19 de junio de 2007

El escalofrío interminable

Este torero extraño se puso al frente del escalafón porque se ponía en el extraño sitio donde los toros quieren estar y los quitaba de allí lenta y artísticamente. A veces, lo cogían. De pronto, extrañamente, desapareció; en pleno éxito y juventud, provocando delirios, mandando en el toreo (...).
Se estuvo quieto, pero sobre todo estuvo silencioso. Y ésa es clave fundamental en su toreo: un silencio poético y misterioso, un tanto hermético, más fácil de percibir que de entender, el silencio granítico y frío de Galapagar trasladado al silencio insondable del mar Mediterráneo. Un silencio que estremece, porque no rehúye el silencio que merodea la muerte. Pero lo torea (...).
Salió el primero de José Tomás (...). Luego llegaron chicuelinas como esculturas vivas (...). Entre trincheras lo sacó a los medios, y en el mismo platillo paraba el tiempo cuando lo enganchó el toro. Volvió a la carga, sin dudar, aguantando los cabeceos del toro entre la música -que pedían que callase- y las ovaciones a los naturales largos, vivos, eternos, sin concesiones. No veíamos torear así porque ese toreo no se ve, se dice; se oye. En silencio. Mucha gente se enajenó; y en los desmayados para cuadrar, perdida la razón, se desmayaron. El quinto salió ya entre palmas por bulerías y en la muleta empezó un poema de estatuarios, con remate en trincherilla alta, casi molinete, y dos redondos, muy quieto, entre flashes. Hacía la tela meandros en la izquierda y sacaba al toro -algo parado- todo el aliento que tenía hasta poner la plaza en pie con cambios y remates. La quietud de Tomás de frente llevaba al toro casi con el pensamiento. Menos mal que las trincheras, el de pecho y las manoletinas nos devolvieron al mundo. To-re-ro, gritaban los pañuelos.

Qué escalofríos de emoción, leyendo este artículo de José Suárez Inclán.

2 comentarios:

  1. Qué sorpresa llegar aquí y ver que se habla ¡de toros! Gracias por el enlace.

    ResponderEliminar
  2. Esto es lo importante de los toros, lo que generan las sensaciones que producen esos momentos sublimes. Y como dijo Bergamin el toreo es música callada, de ahí la importancia del silencio.
    P.S.- No esperaba estas sensibilidades en tierras tan poco taurinas.

    ResponderEliminar