jueves, 23 de febrero de 2006

Barth

Otro libro que leo de Ralph C. Wood*, el mejor estudioso de Flannery, por lo poco que sé sobre el tema. Al hablar de la idea de comedia en relación con el cristianismo, explica las ideas de Karl Barth, un gran teólogo calvinista (por lo poco que sé; no he leído nada de él), sobre Mozart.
Barth oía todos los días, al iniciar y al acabar la jornada, algo de Mozart. Tenía dos cuadros en su despacho, uno de Calvino y otro, ligeramente más alto, de Mozart. Frases célebres de Barth:
Si alguna vez voy al cielo, preguntaré primero por Mozart, y sólo después por Agustín y Tomás de Aquino, Lutero, Calvino y Schleiermacher.
En relación con Mozart, Bach es sólo Juan Bautista y Beethoven es Orígenes, o peor, el Pastor de Hermas.
Mozart oía, y consigue que los que tienen oídos para oír oigan, incluso hoy, lo que no veremos hasta el fin de los tiempos -el contexto total de la providencia. Como si estuviera a la vista de ese final, oía la harmonía de la creación a la que también pertenece la sombra pero en la que la sombra no es oscuridad, el defecto no es derrota, la tristeza no puede convertirse en desesperación, los problemas no pueden degenerar en tragedias y la melancolía infinita no es forzada a reclamar al final un control sin disputa. Así la alegría en esta harmonía no es ilimitada. Pero la luz brilla tanto más resplandeciente porque irrumpe desde la sombra. La dulzura es también amarga y por ello no puede hartar. La vida no teme la muerte pero la conoce bien ... Mozart vio esa luz no más que nosotros, pero oyó al mundo entero de la creación envuelto en esa luz. Por ello era adecuado que no oyera un tono medio o neutro pero sí el positivo con mucha más fuerza que el negativo. Sólo oía el negativo en y con el positivo.
Y para mí, que tengo tan poca idea de música clásica, es una alegría ver esta alabanza de Mozart, que tanto me gusta. Quizá por eso oyera tanto el Requiem durante la mili.
*The Comedy of Redemption. Christian Faith and Comic Vision in Four American Novelists, Notre Dame, Indiana, 1988, p. 72-3 [traduzco del inglés, con lo que quizá no tenga mucho que ver con el original]

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