De visita en Montserrat ayer: impresionante santuario, tremendo sitio.
Ayer, repleto de jóvenes en camino a la Jornada Mundial de la Juventud de Colonia; eran de la diócesis de Madrid: mil quinientos y de todas las gamas, de pijos a más normales, unos con pañuelo, otros con camiseta de un color concreto. Bastantes curas jóvenes. Daba alegría verles, y un poco de envidia.
Y el Museo de Montserrat, espléndido, me pilló por sorpresa:
Cuadros a montones de Ramón Casas, Rusinyol, Nonell, Fortuny (sólo uno), del joven Picasso.
Dos tablas de Berruguete admirables.
Un ánfora de figuras negras en el que estaba representado Dioniso.
Dos papiros bíblicos.
Cuadros a montones de Ramón Casas, Rusinyol, Nonell, Fortuny (sólo uno), del joven Picasso.
Dos tablas de Berruguete admirables.
Un ánfora de figuras negras en el que estaba representado Dioniso.
Dos papiros bíblicos.
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