sábado, 16 de julio de 2005

Chejov, El caramillo

Cuento demoledor que leí ayer, triste hasta decir basta, pero qué bueno es Chejov, es único.
No sé por qué me recordó la lluvia en el pueblo: cuando se hacían ríos en la calle que bajaba de casa. El agua embarrada.
Nos gustaba mucho que lloviera: no era tan frecuente en Castilla como aquí.
También ahora me alegra que llueva, sobre todo en este inicio de verano que empezó tan caluroso; en invierno, no: llueve demasiado en Galicia.
Antes, la lluvia era siempre una bendición; ahora nos quejamos de tener que llevar paraguas.
En los campos de Castilla la lluvia es siempre bien recibida.
Cuando íbamos por los charcos con las katiuscas. En la escuela nos prohibían salir del patio cuando llovía: no lo entendíamos, era un placer mojarse la cabeza.

3 comentarios:

  1. ¿Me puede indicar en qué edición se ha publicado el caramillo? No doy con el cuento. Gracias

    Nono Villalta. Málaga

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  2. Ya ha pasado tiempo, pero creo que lo que leí yo fue la edición de Cuentos de la editorial Alba
    .

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