martes, 25 de enero de 2005

ABC contra CNN

Esto, de un artículo de Ángel López-Sidro en Forumlibertas:
Por su parte, los creyentes en el preservativo lo ubican en un lugar semejante al de Dios, porque lo defienden a ultranza y lo consideran necesario para que el hombre pueda realizarse en todas sus posibilidades. Claro que para estos las posibilidades humanas tienen un alcance mucho menor que en la visión eclesial, pues todo se reduce a lograr el placer en este mundo, en dar respuesta inmediata al apetito del cuerpo y en procurar eludir las consecuencias no deseadas.
Me parece muy interesante lo que dice, sobre todo porque de hecho refleja lo que propugnan algunos. Una muestra: Carta al director (El país, viernes, 22.01.2005) de Joan Tallada, presidente del Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt) - Barcelona
En su apunte sobre el significado que tienen las siglas en inglés ABC (abstinencia, fidelidad y -sólo si no queda más remedio- condones) en el abordaje del VIH/sida, mi admirado periodista Emilio de Benito abre el texto afirmando que "todos los activistas coinciden en recomendar la estrategia ABC para prevenir la transmisión del VIH".
Ciertamente, esa estrategia puede ser la más realista en muchos contextos en los que el peso de la cultura tradicional, incluidas las creencias religiosas, dificulta enormemente o directamente imposibilita hablar de sexo o uso de drogas, pero no necesariamente ha de ser la preferente, como pretenden el Gobierno estadounidense y otros.
Pese a admitir el ABC como una alternativa, muchos activistas, yo diría que desde luego la mayoría en países occidentales, preferimos la aproximación CNN: en inglés, condones, jeringuillas y negociación. La estrategia CNN se basa en la capacidad de la persona para tomar sus propias decisiones, apoya una aproximación, no prejuzga de la sexualidad y el uso de sustancias no autorizadas, e incorpora la perspectiva de género en el diseño, ejecución y evaluación de programas. Se trata de ayudar a la gente a partir de lo que hace, no de lo que creemos que debería hacer.
Atención a la frase "capacidad de la persona para tomar sus propias decisiones, apoya una aproximación, no prejuzga de la sexualidad y el uso de sustancias no autorizadas, e incorpora la perspectiva de género en el diseño, ejecución y evaluación de programas".
Entre ABC y CNN me quedo con ABC, sin dudarlo. Me gustaría saber explicar el valor de la sexualidad tal como lo enseña la Iglesia y creo que está al alcance de cualquier mente darse cuenta de que lo mejor es el amor en un matrimonio que se quiere por encima de los encuentros sexuales libres y sin compromiso, pero eso hay que ir pensándolo para que se pueda hacer una pedagogía clara. Lo triste es que quieren vendernos como mejor el amor sin vínculos y para eso necesitan los medios anticonceptivos, que se convierten en los dioses que posibilitan su idea de felicidad.
Quizá no estaría de más que matrimonios cristianos explicaran esto (ya veis que os estoy animando a que os lancéis): seguro que algunos no querrán oírles, pero quizá otros comprendan estas ideas por la vía del testimonio.

2 comentarios:

  1. Creo que hay algo de fondo que descubrí en la segunda carta y es una constante en todas las "discusiones públicas" últimamente.

    Dice el promotor de CNN: "se trata de ayudar a la gente a partir de lo que hace, no de lo que creemos que debería hacer"

    Este es fiel reflejo de nuestro deformado concepto de la vida. Es el ejemplo claro del "vivir y dejar vivir" (en vez del vivir y ayudar a vivir). Preocuparse por el otro es en la sociedad moderna "dejar que haga lo que quiera". Y eso es falso. La verdadera preocupación por el otro es tratar de que cambie, de que mejore.

    Eso se vuelca en el actuar civil. Las leyes ya no son más para nosotros cosas que deben ser lo mejor posible, cosas que ayuden al buen vivir, sino cosas que dejen hacer lo que uno quiera (mientras no moleste a los demás, o mientras no moleste a alguien que se pueda quejar). Las leyes no son "lo más verdaderas posibles" sino son resultados del lobby del más fuerte, el interés de la "mayoría" (aunque esta mayoría quiera algo malo).

    Es cierto que una ley no puede obligar a "actos de fe religiosa" a alguien que no tiene dicha fe. Pero también es cierto que no nos preguntamos qué es lo mejor para el hombre (de lo cual mucho se puede aprender con la recta razón y sin meternos en un principio en fe o religión) y en base a eso crear las leyes.

    Es cierto que a un adolesente en una relación sexual ocasional le conviene utilizar preservativo, y en ese sentido mucha gente considera sensato darle un preservativo cuando llega a esa instancia.

    Pero es cierto (y de eso no se habla y se aceptan falsas teorías) que no es tan bueno (¡en tantos casos!) que ese adolescente encare así su vida amorosa (y sexual, como parte de ella).

    Es cierto pero nadie se preocupa por eso: es más fácil darle un preservativo. Y no: "avisarle que existen los preservativos", sino "dárselo en mano" descaradamente.

    juan_iog@yahoo.com.ar
    http://dehoy.blogspot.com

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  2. Ojo con la frase que puse: “a un adolesente en una relación sexual ocasional le conviene utilizar preservativo”; gracias por notarlo.

    Yo quise decir algo como: "si el joven ya está ahí con, digamos, una mujer pública; si llegó a esa instancia, quizás le convenga no agarrarse ninguna enfermedad (ya que por el contrario no usar el preservativo no lo hará a ese encuentro una relación muy plena ni amorosa)". Va en linea con lo que decía en uno de tus artículos sobre los homosexuales que ya en una situación mala, con el preservativo evitan otra cosa mala más (pescarse alguna peste).

    Cuando se hace la consideración que estamos desmenuzando se supone un estado "irregular" en el que ya se cayó, el cual no aprobamos, pero admitimos que existe y aún en ese estado hay que tratar de actuar lo mejor posible, sin agrandar el error.

    Cada caso es un mundo. El responsable directo por el joven debe tener el mejor criterio para saber cuando acontezca que, por más que se le enseñe, él va a ir y va a tener una relación sexual. Quizás ahí debe decirle: "me opongo a lo que hacés, pero te digo que, si los haces, te convendrá utilizar preservativo".

    Claro, repartir condones es de lo más irresponsable. Es decir a los jóvenes: "hagan cualquier cosa, pero cuidense" (¡Hasta suena estúpidamente contradictorio!)

    ¿Te parece correcto? Es difícil, sin duda, el tema...

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