Varios nombres que me suenan en las cartas de Tolkien: la primera, a su novia, de 1913, contándole que la mujer del rector del Exeter College es espantosa (el rector es L. R. Farnell, autor del mágnifico The cults of the Greek States). Cuando publica El hobbit lo leen varios profesores: cita entre otros a R. Meiggs, famoso por sus estudios de Historia de Grecia. R. M. Dawkins, profesor de griego bizantino, le dijo que compraba el libro porque las primeras ediciones de Alicia son ahora muy valiosas.
¿Qué pasaría si yo hiciera ahora un libro como El hobbit? Los profesores de la Facultad me mirarían con desprecio o compasión, seguro. Oxford siempre fue mejor, sin duda. Aquí todavía nos las damos de cultos y somos unos pedantes: mucho Virginia Woolf, mucho Proust, mucho Joyce, pero he podido comprobar que de hecho los profesores de la Facultad de Filología lo que leen en casa es el último premio Planeta. Yo disfruto con Tolkien y espero no avergonzarme de decirlo, aunque se escandalicen los pedantes. ¡Guerra a la literatura escrita sólo para profesores de Filología!
¡Esto es estupendo! «R. M. Dawkins, profesor de griego bizantino, le dijo que compraba el libro porque las primeras ediciones de Alicia son ahora muy valiosas». Qué buena inversión hizo Dawkins.
ResponderEliminarSí, eso pensé cuando lo leí: buena inversión.
Eliminar