sábado, 6 de noviembre de 2004

Filólogos y filósofos

Alan Cameron, Greek Mythography in the Roman World, Oxford University Press, New York, 2004, p. xii:

Those familiar with the flood of recent books on Greek mythology will notice (I hope with relief) that this one does not offer yet another tedious account of the multitude of (often misguided and invariably unsatisfactory) modern attemps to define myth.
Los familiarizados con la inundación de libros nuevos sobre mitología griega observarán (espero que con alivio) que éste no ofrece otro tedioso recuento de la multitud de (a menudo mal orientados y siempre insatisfactorios) intentos modernos de definir el mito.

Esto es lo que distingue a un filólogo de los demás, el estar de acuerdo con esta frase de Alan Cameron en un libro que acaba de salir: si te interesa porque no viene a dar una nueva interpretación de los mitos, sino porque los estudia en sí mismos y en su transmisión en la antigüedad, entonces tu vocación es la filología (es una limitación, lo sé, pero por eso no estudié filosofía). También Cameron explica (p. xi) que en la Antigüedad los libros de mitología tenían dos rasgos comunes: ofrecían narraciones, no interpretaciones de los relatos que trataban, y se basaban en obras de la época clásica y helenística. Al filólogo le interesan los relatos, no interpretarlos ( o por lo menos no primariamente). Al filósofo los relatos no le interesan si no tienen una verdad profunda; la narración es mera cáscara, muchas veces molesta para el desarrollo de LAS IDEAS.


No hay comentarios:

Publicar un comentario