miércoles, 31 de mayo de 2006

Logística familiar

Logística de la mañana de sábado con sobrinos de por medio
Llevé a la niña de Primera Comunión a su clase de francés; daba un poco de pena, porque estaba jugando con sus hermanos en ese momento delicioso de la infancia que es estar en pijama después de haber dormido bien y con una mañana por delante sin nada concreto que hacer.
Ella -la mayor- sí que tenía algo que hacer, y hubo que romper el juego que estaban haciendo; ella hacía de bebé; La niña del Flequillo Largo decía: "hacemos que eras un bebé y nosotros los papás". Después, al niño de la Herida en el Codo hubo que llevarlo a que lo curaran, para que no pasara a ser el niño Manco por la Herida Infectada. Gemía, no dejaba que le tocáramos la zona de la herida, daba mucha pena; al final, a falta de últimas noticias, todo parece ir bien: no habrá que amputar.
En todo este baile, yo aproveché para ir con mi hermana -la madre de las criaturas- de paseo y de compras. Entramos en una zapatería y, claro, me acordé del poema de Amalia Bautista sobre los pies.
Feria del libro casi tan mala como la de aquí.
La zona del Arco de Santa María patas arriba, tráfico caótico. Estuvimos en la iglesia de san Lorenzo, que por dentro es una de las más feas de Burgos, aunque descubrí una imagen de la Virgen bastante buena, casi oculta entre el fárrago barroco del retablo.
Y en la comida, hogaza gallega que daba al traste con todos los propósitos de régimen de mis hermanas (yo fui el culpable). Y la comida que hace mi madre, tan rica.
Por la tarde vimos El cochecito, de Marco Ferreri, grandísima película, pero eso lo dejo para mañana, no sin antes felicitar a mi hermana mayor, que cumple hoy años: ¡muchas felicidades, Eva! ¡ánimo con las reuniones, que ya queda menos para el verano! Gritad conmigo:
¡no a la explotación laboral de los profesores de secundaria!
¡no a las reuniones absurdas en los colegios!

1 comentario:

  1. ¡Eso sí que es visitar a la familia! No has paradao de hacer las mismas cosas que ellos. Ir a buscar los chicos al colegio, luego jugar, llevarlos a clases particulares, llevarlos a que se curen, etc. Has compartido su vida en plenitud.

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