viernes, 15 de noviembre de 2024

Innsbruck 28 - El Jardín Botánico - ¿prohibido prohibir?

Al principio no, pero luego acababa resultando llamativa la abundancia de carteles con órdenes, prohibiciones, consejos y advertencias:

¡Prohibido arrancar flores!


¡No tirar nada dentro!

¡Prohibido pisar!

Prado para tumbarse. El césped, por favor, solamente pisarlo aquí.

Puertas [del invernadero] aseguradas con alarma:

Meterse en el estanque prohibido en verano e invierno:

El pan es perjudicial para animales y aguas [...] ¡Prohibido dar de comer!

¡Por favor, atiendan al reglamento del Jardín! [lo ponían debajo]:

Dejar, por favor, los baños limpios

¡Prohibido arrancar ajo silvestre por peligro de envenenamiento!

Esto estaba a la entrada. Es bastante común un aviso similar en muchos sitios de Austria: ¡Aviso! No es un camino público. Los caminos en el Jardín Botánico no se limpian ni se les quita ni nieve ni hielo. Entrar queda a la responsabilidad de cada uno. - La dirección de la Universidad:

2 comentarios:

  1. Lo triste es que en esas prohibiciones nos fijamos solamente los que las solemos respetar sin necesidad de que nos digan nada, y nos sentimos como si nos interpelaran precisamente a nosotros. Los que no suelen respetarlas, esos ni las miran, y si las miran da igual porque las ven como si no fueran con ellos. Puestos a elegir, no sé que prefiero, si estar en un sitio limpio pero donde me siento observado como un presunto delincuente, o en un basurero donde puedo campar a mis anchas. Quizá lo primero pero por poco.

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    1. Sí, así es. Preferiría no ver los carteles, pero me fijo en todos, debe de ser una deformación.

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