lunes, 23 de septiembre de 2024

La visión de mal en Tolkien

Se van acercando las Jornadas de Tolkien que habrá aquí en Santiago el 4 y 5 de octubre.

Una de las cosas que más valoro de Tolkien es su capacidad para mostrar la realidad del mal, de su poder pero a la vez su impotencia final. En una carta a su hijo Cristopher (30.04.1944) le dice (yo pongo la traducción de Google repasada):

evil labours with vast power and perpetual success - -in vain: preparing always only the soil for unexpected good to sprout in. So it is in general, and so it is in our own lives (110).

El mal trabaja con gran poder y perpetuo éxito - -en vano: preparando siempre al final el terreno para que brote el bien inesperado. Así es en general, y así es en nuestras propias vidas.

En otra (14.05.1944):

A small knowledge of history depresses one with the sense of the everlasting mass and weight of human iniquity: old, old, dreary, endless repetitive unchanging incurable wickedness. All towns, all villages, all habitations of men - sinks! And at the same time one knows that there is always good: much more hidden, much less clearly discerned, seldom breaking out into recognizable, visible, beauties of word or deed or face - not even when in fact sanctity, far greater than the visible advertised wickedness, is really there. But I fear that in the individual lives of all but a few, the balance is debit - we do so little that is positive good, even if we negatively avoid what is actively evil.

Un poco de conocimiento de la historia deprime a uno al percibir la magnitud y el peso eternos de la iniquidad humana: maldad vieja, vieja, lúgubre, interminable, repetitiva, inmutable e incurable. Todas las ciudades, todas las aldeas, todas las viviendas de los hombres: ¡se hunden! Y al mismo tiempo uno sabe que siempre hay algo bueno: mucho más oculto, mucho menos claramente discernido, rara vez estallando en bellezas reconocibles y visibles de palabra, obra o rostro, cuando en realidad realmente está ahí la santidad, mucho mayor que la maldad visible publicitada. Pero me temo que en las vidas individuales de todos, salvo unos pocos, el saldo es débito: hacemos muy poco que sea positivo, incluso si evitamos negativamente lo que es activamente malo.


Del mal supo sobre todo cuando estuvo de soldado en la Primera Guerra Mundial (aquí en 1916)

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