Para celebrar que ya es todo autovía por ese lado, fui esta vez por Orense-Benavente-León (y me perdí los montes de Lugo que me gustan tanto; y el Bierzo, que también, pero en esta vida hay que elegir).
A cambio, pude disfrutar del paisaje del cogollo de Galicia (Silleda / Lalín), de colinas muy bien verdes. Y de la provincia de Orense, que me tiene embrujado: árboles y colinas sin árboles pero con plantas como el brezo, o el tomillo, o la retama o lo que sea que son esas plantas que cubren el suelo y que estaban todas florecidas: había unas de color entre rosa y rojo, había campos llenos de flores violetas. Y la llanura de Verín, rodeada de montes. Y las cuestas para salir de Galicia, que se le hicieron muy cuesta arriba a mi pobre 205 matrícula de CR.
Todas esas extensiones rosas son brezales; tomillo apenas hay en Galicia, y las xestas son amarillas o blancas...
ResponderEliminarMil gracias, Antón. No me atrevía a preguntarte y no quería poner nombres al tuntún. Y sí, creo que son brezales (y estaban increíblemente bonitas las laderas) y xestas.
ResponderEliminar¡Pero qué paisaje tan maravilloso el de O(u)rense!
¡O(h)rense! "Muy bien verdes", qué buena imagen alitarada.
ResponderEliminar¡Qué colinas más bien bonitas!
ResponderEliminarY qué estupendos los coches renqueantes para verlas bien vistas...
Y una duda que siempre tengo con la retama: ¿qué será lo que le pasa, con lo alegre y vistosa que es, para que la traten tan mal en la literatura?
Si tú no te atreves a preguntarle a Antón, yo menos (aunque a puntito he estado al encontrarme las xestas vaticanas y ese haiku), pero nunca he entendido por qué cuando Guillén Peraza se deja en la Palma la flor marchita de la su cara, el primer insulto que la endecha le suelta a la isla es que "no eres palma, eres retama"... Que la llame ciprés de triste rama y desdicha, desdicha mala, se entiende, pero no sé qué puede tener de malo la retama, tan inocente y tan amarillita, si será que es venenosa, o que tiene bichos, o qué le pasa.
Ni idea del porqué de la perfidia de las xestas...
ResponderEliminarMuchas gracias, biólogo-poeta. Me ha gustado mucho lo de la perfidia de las xestas. Si tú no lo sabes, sí que es un misterio.
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