Cuando hizo ese libro había pasado de la física a la filosofía y se había ordenado de sacerdote. Después dio el salto a la teología. Yo he leído más cosas suyas, como su manual de cristología en colaboración: El misterio de Cristo o sus estudios sobre la filiación divina. Una gran cabeza y -estoy seguro, es muy discreto, estos años ha estado en segundo plano- un gran corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario