miércoles, 9 de septiembre de 2009

The Economist

Tuve una suscripción por seis meses y me alegré cuando se acabó; no me merecía la pena estar tan al tanto -y tan en detalle- de LA GRAN Política y LA GRAN Economía.
Pena, porque es una buena revista; yo la situaba en el centro-derecha pagano y sabía que en temas sensibles era partidaria de lo políticamente correcto; sorkiniano vamos a llamarlo. Bueno -pensaba- no hay otra mejor y yo ya no leo periódicos españoles.
La decepción fue grande al descubrir que también pueden acabar hartando:
-Su tono condescendiente: al principio me hacía gracia, ese tonillo y darles consejos a todos los gobiernos, de Obama para abajo -a los de abajo con desprecio incluso.
-Su dogmatismo en una serie de cuestiones: tendríais que haber visto su histeria con la gripe A; si yo fuese el gobierno mejicano ya les habría puesto una demanda multimillonaria. En el número siguiente, cuando se vio que no era para tanto, salieron con que es que era posible que hubiera una mutación peligrosa, ¡anda ya! ¡milenaristas, que sois unos milenaristas!
La puntilla para mí fue B16 en Israel. Y hasta les escribí una carta. No la publicaron (las que publican están muy bien escritas y con mucho wit, y yo dudaba mucho del inglés que había escrito, aunque me siento orgulloso de haber llegado a escribir algo así); y aquí la pongo, que uso para este blog todo, que es como un cerdo que todo lo aprovecha (y además me doy tono de cosmopolita):
Sir,
I was deeply hurt when I read your article on Benedict XVI visit to Israel ("A chapter of accidents", May, 16th): in a patronizing tone, the article is willing to lecture Benedict -and all of us- on Middle East Politics and Communication Skills, using a single remark by a rabbi as the general opinion in Israel. It goes on with the same old quibbles we are fed up with reading. I thought I was experiencing a déjà vu: the same pre-cooked opinions most European media deliver when writing about the Pope.
When I suscribed to The Economist (and my subscribtion ends by July, 4th) I was hoping to get independent, well-informed views. Sadly, it is not so the case with Pope Benedict.

Maybe I can better spend my time reading him (one of the greatest intellectuals of our time) than you.

7 comentarios:

  1. Ángel:
    Me ha pasado igual, me encantaba The Economist por muchas cosas, leyéndolo siempre, como tú explicas, desde su orientación centro-derecha pagano ;-), pero además en el "tema vasco" es que no daban una. Como tú escribí varias cartas pero sin ese wit que dices, ante la insistencia en no llamar terroristas a ETA e insistir en otros términos. Hasta que me harté, y unas veces lo leo y otras no.

    Es esa cosa además que tienen algunos anglos de lejano pero muy cierto desprecio por las masas 8formada por personas) que no soporto. Esa superioridad ante lo que ellos consideran supersticiones, ese liberalismo despreciativo de lo humano, en fin, no sigo, que me caliento.
    Un abrazo

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  2. Ángel, de acuerdo contigo, pero a Benedicto XVI le basta con ser un gran intelectual. Ahora, lo de uno de los grandes intelectuales de nuestro tiempo, se empezó a decir exagerademente entre nuestra feligresía y ahora ya es un lugar común. Yo creo que es grande, sin más y con menos, es decir, en su lugar.

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  3. Yo también estaba suscrito, y recuerdo que hace años criticaron al rey Juan Carlos por, creo recordar, un escándalo financiero en que estaba implicado. Les escribí diciendo que el asunto no estaba documentado y deberían andarse con más cuidado, y no sólo me publicaron la carta, sino que me mandó un fax el editor disculpándose, diciendo que no había sido su intención ofender a los españoles. O mucho ha cambiado la línea editorial, o tienen distintos raseros de medir. No obstante, quizás la carta es algo brusca, y les atacas directamente, lo que hace más difícil su publicación.

    En cualquier caso, la revista sigue teniendo mucha calidad y brillantez, de lo mejor para estar informado en política internacional, al margen de la orientación, o eso me parece.

    Saludos.

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  4. Máster, ese tonillo de superioridad que se les escapa por todos los poros es increíble: ya digo, al principio me hacía hasta gracia.
    Suso, yo sí que creo que es uno de los grandes intelectuales de nuestro tiempo, aunque la frase es tópica y suena tópica. Si no, piensa a qué personalidad viva pondrías por encima de él como 'gran intelectual de nuestro tiempo': a mí no se me ocurre nadie (a bote pronto).
    José Miguel, mi carta es brusca y mis esperanzas de que la publicaran eran escasas (y ahora soy más consciente todavía del mal inglés en que está escrita), pero me di el gusto de decirles lo que pensaba.

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  5. Javier de Navascués9 de septiembre de 2009, 17:38

    No te preocupes lo más mínimo por tu inglés. Eça de Queirós, que era políglota, decía que había que hablar con acento orgullosamente extranjero, con incorreciones y errores de pronunciación. Y tenía razón: era un adelantado, mira el éxito de Michael Robinson y cía... Por lo demás, tu inglés es mucho mejor que el mío.

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  6. Que sea un buen papa, un digno sucesor de Pedro... Lo otro, francamente, da igual. Si a ello le ayuda figurar como uno de los grandes intelectuales, tanto mejor. Pero, ¿importa, que sean un buen, un grande, uno de los grandes intelectuales? Creo que no, salvo para que en ciertos predios se le escuche. Pero tiene que hacerse oir como papa, no como otra cosa.
    En fin...

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  7. Ah, Suso, no había entendido por dónde ibas: de acuerdo.

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