Con Octubre muere en Vetusta [Compostela] el buen tiempo. Al mediar Noviembre suele lucir el sol una semana, pero como si fuera ya otro sol, que tiene prisa y hace sus visitas de despedida preocupado con los preparativos del viaje del invierno.
Puede decirse que es una ironía de buen tiempo lo que se llama el veranillo de San Martín [el tiempo de sol que hemos tenido en enero]. Los vetustenses no se fían de aquellos halagos de luz y calor y se abrigan y buscan su manera peculiar de pasar la vida a nado durante la estación odiosa que se prolonga hasta fines de Abril próximamente. Son anfibios que se preparan a vivir debajo del agua la temporada que su destino les condena a este elemento. Unos protestan todos los años haciéndose de nuevas y diciendo: «¡Pero ve usted qué tiempo!». Otros, más filósofos, se consuelan pensando que a las muchas lluvias se debe la fertilidad y hermosura del suelo. «O el cielo o el suelo, todo no puede ser».
Eso es algo del clima de Galicia que nunca entendí, es un clima imposible, solo soportado por los propios galegos y por algún británico o breton perdido por el lugar.
ResponderEliminarAqui en Argentina se puede gozar del cielo y del suelo, en partes iguales. :-)
"¡Es lo que hay!" Fue la frase que escuché 5 veces en una tarde fría de otoño en Santiago.