lunes, 18 de marzo de 2019

Las Memorias de Arthur Koestler

He terminado por fin los volúmenes autobiográficos de Arthur Koestler  (hablé del primero aquí).
Me ha impresionado mucho su modo de contar su vida, que parece verdadero, muy real: se presenta con todos sus errores encima, con sus inseguridades y todo lo que le atormenta de su pasado.
En la edición que he leído, el segundo volumen abarca desde que se hace comunista hasta que publica en 1940  El cero y el infinito, uno de los libros fundamentales para desenmascarar el comunismo, según parece (yo, a pesar de la de veces que he oído hablar de esa novela, no la he leído).
Lo que me parece claro es que el comunismo no sólo dañó sus mejores impulsos sino que le impidió abrirse a nada que incluyese un mínimo de gratuidad, de la religión a relaciones de amistad. En estas memorias es constante el rechazo a todo lo religioso y de modo más explícito al catolicismo, que equipara al comunismo de modo muy simplista. Esa es la tragedia: la parodia de una religión, el comunismo, que es una secta (auto)destructiva además, cortocircuita la posibilidad de descubrir a Dios, anula la mera posibilidad de plantearse que exista la mera noción de entrega, de donación gratuita, de misericordia.
Es tremendamente interesante cómo explica por qué en los grandes procesos stalinistas se confesaban algunos comunistas de la vieja guardia culpables de crímenes inventados: el comunismo era su único horizonte y estaban dispuestos a morir mártires por esa idea enloquecida a la que se habían abrazado, a pesar de ser conscientes de la injusticia flagrante de su condena particular.

Otra cosa fue mirar en la wikipedia cómo había continuado la vida de Koestler hasta su muerte en 1983. Me entristeció mucho enterarme de sus coqueteos con la parapsicología, de su participación en grupos pro-eutanasia y sobre todo de su suicidio, al que además arrastró a su mujer. Si sigo los criterios de Solón tal como los cuenta Heródoto, la vida de Koestler no se puede llamar en absoluto plena. Yo, a pesar de todo, espero que tuviera un momento final de lucidez para cambiar su vida en el instante supremo. Si yo logro alcanzar el cielo, tengo muchas ganas de preguntarle allí por tantas cosas de su vida.

1 comentario:

  1. Por lo que le tengo leído, por momentos Koestler me parece un intelectual honesto, original y muy brillante en muchos de sus desarrollos y conclusiones. En otros, sin embargo, tengo la impresión de que peca de prejuicioso y soberbio, lo cual penaliza algunas de sus valoraciones. Veo por lo que cuentas que de su vida se pueden sacar conclusiones parecidas

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