jueves, 9 de agosto de 2018

Entre Montélios y Moraime 4 y final (y me voy de vacaciones)

Al día siguiente nos fuimos por la Costa de la Muerte, a ver si se estaba un poco más fresco. Y la verdad es que sí: qué bien se estaba a la sombra en la Virgen de la Barca de Muxía y luego en el faro Vilán.

Esta vez el centro de la visita era san Xiao de Moraime, un antiguo monasterio benedictino del que tenía buen recuerdo (aquí lo conté). Y sí, tiene una portada muy primitiva, como pre-pórtico de la Gloria de aire popular (el mejor enlace para ver la arquitectura y lo escultórico, aquí).

Estos atlantes uno sobre otro en las columnas, por ejemplo:


O esos capiteles que recuerdan vagamente a los corintios:


Lo que nos pilló por sorpresa fue la serie de pinturas de los pecados capitales. Yo hice unas fotos, otra vez decepcionantemente malas (aquí tenéis otras bastante mejores).
La pared de 14 metros empezaba con una cruz y decoraciones sobre las columnas:


Qué mala foto de este caballero con armadura, presumido, que representa la soberbia. Un puro miles gloriosus. Al lado, una mujer con el rosario y unas disciplinas muestra cómo evitar ser como él.


La ira se está clavando espadas, de pura rabia, mientras las llamas aparecen por todo su vestido:


La lujuria. Una mujer sobre un cerdo mirándose al espejo:


La gula. No sé si veis en medio un amimal asándose:


Nos costó reconocerla. Es la envidia, que se tapa (mal) los ojos, pero que tiene ojos por todo el cuerpo, sufriendo de ver el bien ajeno. Un mono le dice cosas (supongo que malas) al oído:




La pereza es un carpintero tirado en su banco de trabajo:


Y al final, una figura impresionante, la muerte que lanza sus flechas, que aparecen en todas las direcciones, formando un sol. Yo creo que es la pintura más impresionante de Galicia, sin duda:



En la pared, una especie de vanitas: los dados, las copas:


Casi toda la parte de abajo eran telas pintadas, salvo una escena de dos peleándose; otros dos les suplican:


A la entrada estaba un papa de nombre Pío, que podría ser hasta Eneas Silvio Piccolomini, Pio II:


Vimos también Cereixo (una escena de traslatio en la iglesia muy curiosa), el castillo de Vimianzo, demasiado medievalizante y el dolmen de Dombate. Aquí lo dejo. Vuelvo en septiembre, que me voy a la ría de Arosa / Arousa, a ver cómo se está a la orilla del mar.

2 comentarios:

  1. Buen colofón prevacacional nos dejas; gracias y que te siente bien la brisa marina.

    PD. Me ha hecho mucha gracia la cara de susto de la mujer que acompaña a la "Ira".

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  2. El mono de la envidia, ¿una referencia a la mala imitación que produce? Los ojos por todo el vestido mientras se tapa los de la cara, qué acierto dantesco.

    ¡Cuánto te mereces tus vacaciones!

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