martes, 11 de julio de 2017

Viaje a Italia 1

Un amigo tenía que ir a Italia a redondear un estudio sobre arte a caballo entre el XV y el XVI. Necesitaba un chófer y me ofrecí yo, ocupando también el lugar de Watson: preguntas tontas a cuestiones evidentes y algunos momento de lucidez ante tanto arte abrumador como vimos.
Los tres, el historiador del arte, su hermano y yo, nos encontramos en Barajas (o Adolfo Suárez-Barajas T4, qué cansinos se ponen cuando quieren). Íbamos con Iberia, que también está entrando al juego de amenazar con llevarse aleatoriamente hasta el equipaje de mano a la bodega: yo expuse la teoría conspiranoica de que eso (y también dividir en grupos absurdos a los pasajeros para embarcar) lo hacen para distraernos de la amenaza latente que es ahora todo vuelo.
En Fiumicino conseguimos increíblemente llegar a la oficina de los coches de alquiler y nos dieron un Nissan Prima, (coincidencias: hace diez minutos me hacía ojitos su publicidad desde una marquesina del Burgo). Se portó como un campeón.
El Grande Raccordo Anulare se atascó varias veces y eso que era domingo de julio a las tres de la tarde. Pero al fin conseguimos enfilar a L'Aquila y nos saludaban las adelfas, omnipresentes, a rebosar de flores asesinas.
Yo iba dispuesto a encontrarme un paisaje como el que imaginaba del confinamiento de Natalia Ginzburg en los Abruzzos en la Segunda Guerra Mundial, campos secos y sin vegetación, pero nos recibió un dulcísimo campo verde con casas puestas con criterios paisajísticos, para deleite del que pasa delante: como masías de colores ocres, gastados pero bonitos y dos cipreses, un campo de olivos y el cielo azul suave.
Nos impresionó el Gran Sasso, el monte como una muela gris azulada que preside toda esa zona del centro de Italia: lo volveríamos a ver varias veces pintado en algunos de esos paisajes maravillosos de la pintura del renacimiento central.
Y en dos horas estábamos en el otro lado de Italia, en Atri, con tiempo para ver dos tablas impresionantes.



[El título de esta entrada es descriptivo y a la vez un homenaje a Rossellini, que lo tengo que explicar todo. Los números prometen una larga lista, que en todo caso tendré que cerrar a principios de agosto]

2 comentarios:

  1. "casas puestas con criterios paisajísticos". Eso echo de menos muchas veces en mi entorno, en el que ese criterio no parece existir.

    Un abrazo

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