lunes, 2 de febrero de 2015

Pompa y circunstancia, de Ignacio Peyró

Pompa y circunstancia. Diccionario sentimental de la cultura inglesa es una maravilla. Son mil páginas sobre qué hizo grandes a los ingleses. Os lo recomiendo vivamente.

Vayamos por partes. Podéis empezar leyendo las primeras páginas en este pdf. Luego podéis echarle un vistazo a la entrada sobre Churchill.

A mí me gusta mucho el formato de diccionario temático (otros dos ejemplos excelentes: el Diccionario de símbolos del nazismo de Rosa Sala Rose y el Vocabulario de Platón de Gregorio Luri). El hecho es que los leo especialmente a gusto, entrada por entrada, a poquitos.

Yo a Ignacio Peyró no le conozco; solo he hablado con él dos veces por teléfono, a propósito de los dos artículos (uno y dos) que (ahora lo veo claro) con excesiva generosidad publicó en su revista. Solo por la voz parecía una persona excelente, extraordinariamente amable. Y por las fotos se percibe que es lo opuesto a la palabra «Mayo-del-68». Y el hecho es que este libro parece escrito por un señor mayor que descubrió a finales de los ochenta que ya nada volvería a ser igual, aunque Peyró entonces debía de ir todavía con pantalones cortos. Al acabar el libro hay una entrada ('Young fogeys' = 'jóvenes carcas') que da la clave: en su pose de «joven carca», cumple a la perfección el papel y nos regala un tratado fascinante en torno a eso inglés que cuajó ya antes de las grandes Guerras y que está en decadencia desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Por eso sería un poco estúpido por mi parte recordarle a The Smiths, Ricky Gervais, Mike Leigh o Armando Ianucci (por ejemplo cita "Yes, minister", una serie que tiene pinta de haber envejecido un poco mal, pero no "The thick of it", que es grandiosa, pero está en otro mundo de lo inglés).

Yo, por lo demás, cogería todas las entradas sobre tiendas, mermeladas, vinos y tweed y las convertiría en un libro aparte, algo así como «La guía del dandy con dinero en Londres». Exquisitamente editado, sobrio y a la vez lujoso (para el que supiera verlo), con exquisitas fotos (pero no deslumbrantes); ahí habría un gran libro para los que tienen dinero para ir visitando esos sitios. Si no, para pobres de espíritu (en el peor sentido de la palabra) como yo acaba siendo un poco cruel ese repaso de sitios inaccesibles, con mermeladas de naranja amarga únicas y zapatos comodísimos de 1000 euros.

Con eso se aligeraría el resto del libro, vamos, quedarían unas 800 páginas (poco para los que lo hemos disfrutado tanto) que son excelentes, aunque con algunas repeticiones. También a veces hay entradas, pocas, que se hacen un poco largas.

Echo de menos una entrada sobre Haendel. Va un poco en contra de la teoría repetida en el libro de los ingleses como pueblo poco musical, pero el hecho de que lo adoptaran y convirtieran su música en su banda sonora oficial es un grandísimo tanto en su favor. Por no hablar de cómo han mimado la música clásica, una auténtica devoción. Que luego no tengan un equipo de primeras figuras a la altura de los alemanes, italianos, franceses y austriacos es otra cuestión.

Yo pondría la traducción de términos como 'bespoke' ('hecho a mano', creo) y evitaría repeticiones de términos como 'jingoísmo', que no sabía muy bien a qué se refería hasta que lo busqué y la wikipedia me lo explicó. A veces cae en un cierto estilo anglicista, con traducciones literales sobre todo de adverbios en -ly (famously = famosamente).

Pero todo esto es por poner pegas, que tengo miedo de parecer demasiado elogioso.

Una pequeña broma. Esto es Slough, cantado por David Brent


Y el primer Slough, de John Betjeman, que es el que sí que recogió Peyró:



Lo que a mí me gustaría: estar el último día de los Proms cantando a voz en grito Rule, Britannia!

4 comentarios:

  1. Es sabido que la mermelada de naranja amarga pertenece más bien a la cultura sevillana, propiamente. Otra cosa es que les guste a los ingleses. El monasterio de Santa Paula es proveedor de reales casas:

    http://www.santapaula.es/tienda_producto_det.php?id_producto=10&id_familia=3

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  2. No esperaba encontrarme en esta excelente entrada con la referencia a The thick of it, que ha sido sin duda la guinda del pastel. ¡Qué obra tan escandalosamente divertida!

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  3. Me relamo de gusto sólo de pensar en la lectura anglófila, casi tanto como degustando la mermelada de naranja amarga del templo del té de las cinco que es Fortnum&Mason, en Piccadilly Street.

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  4. Bespoke es "hecho a medida" o hecho por encargo para una persona en especial

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