jueves, 4 de abril de 2013

Ficción feliz

Ya me he quejado aquí demasiadas veces de que he perdido el gusto por la ficción; en los últimos años solo era capaz de leer cosas sin grasa ni hidratos (Flannery O'Connor, Waugh, Richard Ford). Es como tener una enfermedad: comes solo jamón ibérico.
Por eso me llevé una gran alegría al comprobar que seguía disfrutando mucho de otro de mis ídolos de antes, Isaac Bashevis Singer. Me lancé a leer los Cuentos que han seleccionado en un volumen gordísimo y comprobé que me siguen gustando lo mismo, si no más.
El otro día empecé Viernes breve (Short Friday) y las diez páginas del cuento me las pasé rezando para que contradijera a Aristóteles y no tuviera ni cambios (περιπέτεια) ni supusiese descubrir nada oculto (ἀναγνώρισις): los protagonistas yo quería que se quedaran como estaban, el sastre y su mujer en la casita del shtetl cerca de Lublin, rodeados de nieve.
Pero nadie contradice a Aristóteles. Y hubo peripéteia y anagnórisis y acabé el cuento y qué contento me puse. Un grandísimo cuento feliz.

3 comentarios:

  1. Me alegra saber que compartimos una afición más.

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  2. Que bueno. Lo apunto en mi agenda de "cosas por leer". Me encanta que se vaya llenando.
    Por otra parte, eso de comer a base de jamón de Jabugo, no hace mal a nadie.

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  3. Me alegra coincidir contigo en la predilección por Singer.

    Saludos

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